EL PASO A PASO CONTRACULTURAL,

La Nueva Canción Chilena el verdadero Rock and Roll nacional.

Paso a paso es el nuevo eufemismo para referir la condición de desprendimiento “progresivo” de barreras de protección sanitaria, tanto individuales como colectivas. Muy inadecuadamente comunicado se ha convertido en cualquier cosa menos eso, es más bien un tropiezo a tropiezo de la salud pública nacional.

Sin embargo Paso a Paso si han sido las reformas y triunfos sociales de alcance o relevancia cultural e ideológica. Tan paulatina como repentina en la aparición de uno después del otro, es el impacto y resistencias que se generan en sectores de las sociedades que se han enfrentado históricamente a los mismos. Desde la revolución francesa “como fenómeno global” una de las grandes ausentes ha sido la violencia homicida y destructiva del nuevo orden. A posteriori, la abolición definitiva y global de la esclavitud, el voto universal, la revolución del proletariado y otros hitos han sido logros de sacrificios, a veces humanos que merecen más de un comentarios pero que solo referirá una reflexión respecto del origen de la violencia de la opresión.

()Entendamos también la opresión como un mecanismo utilizado por el defensor del orden imperante, y es interesante y entretenido que sea “imperante” la palabra que surgió, justo en este momento, en que pretendí justamente hacer referencia al Imperialismo, más allá de la caricatura Yankee. El imperialismo hace referencia al Imperar un orden por sobre otro, quizás el religioso(Misiones y Cruzadas) y territorial (expansionismo) son los más evidentes pero, a mi juicio en el paso a paso desde el punto de vista de la brutalidad del proceso esta se ha ido ablandando a través del tiempo. Hoy reconocemos otro modelos de imperar, a través, de la cultura, la política y el menos evidente de todos, quizás, el de la economía. El imperar o pretenderlo no es un hecho negativo per se, todos somos consecuencia de un sin número de procesos de imperio o “imperación” de la biología, la evolución y el conocimiento o aptitudes. Finalmente como parte del paréntesis y cierre del mismo no es consecuencia que hoy impere el sexologismo o falologismo “pico en el ojo” propio de la penetración explícita en la etimología del imperar.

Volvamos al contexto cultural. En general la contracultura hace referencia al nuevo orden y la cultura al imperante. La referencia mas reciente sin duda es el movimiento hippie 60’s/70’s según el hemisferio. La revolución de las flores o de los sueños, en un sentido crítico, el hippiesmo fue vinculado a lo político coincidiendo con los ideales de izquierda de hecho fue muy combatido, ya que era considerado como una estrategia del comunismo en los EE.UU. Su vinculación ideológica y política fue vapuleada por postverdades que lo enlodaron en excesos, drogas y rock and roll. Si algo hizo rico a este movimiento fue el impacto contra-cultural que generó sacando del clóset a géneros y artistas que eran parte de este movimiento, con orígenes allá por, incluso, los años ‘30.

La riqueza cultural que hoy impera proviene de la caída del imperio del pacatismo, la seriedad y la clásica hipocresía de la clase conservadora. En Chile dicha riqueza estuvo fundada al revés de lo que uno cree, no en el rock, sino en la Nueva Canción Chilena, movimiento de contracultura que acompañó los movimientos socialistas desde fines de los años 60 hasta su exilio y censura. La nueva canción chilena, es la referencia valórica y en cierto modo también musical del rock and roll, su impacto en el movimiento político de la unidad popular, del nuevo hombre fue sin duda colosal. Los sueños, los deseos, ideales y doctrinas políticas se expresaban en sus letras que llegaron a constituir una apuesta de manifiesto paraconstitucional que se acompañaron, lamentablemente de un aire efímero cargado de ilusiones, inocencia y buena voluntad.

Es esta última propiedad del acompañamiento contracultural de un profundo afán de bondad e inocencia, para lo político, un flanco que el orden imperante, sin duda supo aprovechar. No me quiero detener en esto, porque, en definitiva a lo que quiero llegar, es que una vez más nuestro país reconoce un movimiento contra cultural, un nuevo rock an roll acompañado de menos flores, menos hippiesmos y sí, sin duda, más o muchos más sueños.

Entonces, en medio de una pandemia, de pasos a pasos, y choques culturales es que no podemos olvidar que, en pseudo confinamiento se incuba un nuevo orden, cargado de voluntades, sueños, arte y bondad pero que sin duda posee un sentido crítico y pragmático que para quienes esperamos el imperio de un nuevo orden debe constituir y consolidar el escudo contra la cultura imperante del que nada debe cambiar.

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